lunes, 3 de junio de 2013

Así es la vida. Duele, es sucia, y sabe muy, muy bien.

Poso post-its als llibres.
És un vici que tinc, posar post-its.

Puc posar-los per raons diverses.

Per marcar l'inici d'un tema en un llibre d'estudi.
Per senyalar algun aspecte que cal repassar dins d'una gramàtica.
Per a escriure una carta a l'editorial quan tingui temps, quan una traducció és especialment penosa i dolorosa per als ulls i la ment i de vegades fins i tot per l'ànima.
Per a marcar paràgrafs, frases, pensaments que, per alguna raó, toquen alguna fibra sensible dins meu.

El problema és que, quan passa el temps, ja no recordo exactament perque els vaig posar (sobretot a les noveles). Treien la pols l'altre dia vaig trobar uns post-its que no recordava haver posat. Al rellegir-los he tornat a sentir la conexió que, en el seu dia, em va fer pegar els plastiquets de colors dins del llibre.

Tenia la necessitat de compartir-los amb el món, i quin millor lloc que aquest per a fer-ho.


- Nadie es racional -dijo Miro-. Todos actuamos porque estamos convencidos de lo que queremos, y creemos que con las acciones que ejecutamos lo obtendremos. Pero nunca sabemos nada con total seguridad, así que todos nuestros razonamientos son invenciones para justificar lo que íbamos a hacer de todas formas antes de pensar en ninguna razón.

"¿Como recordamos?
¿Es el cerebro una vasija que contiene nuestra memoria?
Entonces, cuando morimos, ¿se rompe la vasija?
¿Se esparcen nuestros recuerdos por el suelo
y se pierden?
¿O es el cerebro un mapa
que conduce por senderos serpenteantes
y se pierde en ocultos rincones?
Entonces, cuando morimos, el mapa se pierde;
pero quizás algún explorador
pueda deambular a través de ese extraño paisaje
y encontrar los lugares ocultos
de nuestros recuerdos perdidos."
de Los Susurros Divinos de Han Quing-Jao

Así fue el primer dia de todos los dias, cuando dios tocó una nube del cielo y la hizo girar tan rápido que se prendió fuego y se convirtió en el sol, y entonces todas las otras nubes empezaron a girar y a trazar círculos alrededor del sol.

Hundió los pies en la arena, sintiendo el delicioso y diminuto dolor de la fricción de las pequeñas aristas de silicio contra la delicada piel de sus dedos. Así es la vida. Duele, es sucia, y sabe muy, muy bien.

Orson Scott Card,  "Hijos de la Mente"